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lunes, 10 de diciembre de 2007

Filos

Cuatro piedras alineadas prolijamente sobre su mesa de trabajo...
Cuatro piedras parecidas pero muy distintas...por lo menos para él.
Cada piedra tenía características que la diferenciaban de la otra..
La de la izquierda , de color gris oscuro, la siguiente , más clara, la tercera , de un gris casi blanco y la cuarta.La cuarta estaba sumergida en un líquido de color oscuro pero translúcido.Todas tenían exáctamente el mismo tamaño, 20 cm de largo , 5 cm de ancho y 3 cm de altura.Prestando mucha atención , se notaba que también la textura de cada una era distinta.De izquierda a derecha se iban haciendo mas suaves.
Estaban apoyadas aobre un paño blanco y limpio.Se sentó frente a las piedras. Apoyó sobre el paño una navaja nueva, brillante, recién salida de las manos delartesano que la había fabricado.Probó su filo con la uña del pulgar y meneando la cabeza decidió que debía trabajar un rato ,La navaja era excelente. Su funcionamiento perfecto, Su acabado no tenía la menor marca... pero su filo.Siempre fue fanático de los filos.Un filo está bien , cuando no podés sentir que estás cortando algo... se desliza, es como pasar un poco de.jabón blando o atravesar una superficie de agua quieta. Debe ser tan fino que corte un cabello en el aire.Quizá alguna vez conseguiría el filo perfecto, aquel que tendiera al límite entre la realidad y su fantasía.Descartó las 3 primeras piedras. La primera , muy gruesa, para desbastar, la segunda ,no , la tercera no era suficientemente fina...Consideró la cuarta, casi tan lisa como el marmol.Roció unas gotas de agua y comenzó a pasar la hoja en ambos sentidos , muy parejo , muy despacio , como acariciándola.El trabajo era casi imperceptible. Solamente él podía apreciar que con cada pasada el filo comenzaba a tomar vida. Una pasada , Otra pasada.... otra más y prueba visual, con una lente de aumento .Otra pasada y prueba con una uña...levantando apenas una viruta.Luego de un largo rato. limpió la hoja con una franela , también inmaculada. y la colocó en un costado , perfectamente perpendicular , todo en la mesa estaba geométricamente alineado en un orden preestablecido y perfecto. Cualquier cosa fuera de lugar se le volvía intolerable... Como si fuera un rito zen , colocó la última piedra delante suyo. El líquido en el que estaba sumergida era su secreto. fruto de años de pruebas y experiencias. Esta piedra era su "piedra de la vida" . La que daría el último acabado al filo, la que haría desaparecer la mas mínima imperfección y asentaría la hoja hasta convertirla en su obra de arte , hermosa y peligrosa. Con mucha paciencia , como un ritual, comenzó a pasar la navaja suavemente , sobre la piedra húmeda y resbalosa.....ésto podría tomarle muchas horas o días , en realidad eso no importaba .... Concentrado , con la mente casi en blanco pero enfocada completamente en su tarea, siguió puliendo y asentando. En cierto momento decidió que ya estaba bien. Que ese acero no iba a tomar más filo.... que esa hoja estaba dando todo lo que podía esperarse de ella. Que nunca sería "el filo" , algo en lo más intimo de su alma la limitaba a ser solamente buena, quizá muy buena.... pero nada más. La limpió cuidadosamente. la observó un rato. La cerró y la colocó en una caja , en su lugar , junto con otros filos.Muchos filos.... Desde chico lo habían obsesionado las cosas filosas. Siempre con un cuchillo , navaja, o simplemente trocitos de acero afilados en sus manos...Muy pocas veces se había cortado con sus filos. En su casa se habían cansado de decirle que no tocara cosas filosas..... hasta que hartos de repetir siempre lo mismo , no molestaron más. Una cierta vez le preguntaron ... siendo muy chico..... Para qué querés esa navajita que afilás en el cordón de la vereda....... ?
Para matar a mi abuela , contestó , muy serio , sin levantar la vista....... y tampoco lo molestaron nunca más ..... En su bolsillo nunca faltaba una navajita, un cortaplumas, una Victorinox suiza , esa que tiene de todo..... A veces una sevillana italiana.... que contrasentido.....pero dentro de las navajas sevillanas automáticas, las mejor es eran las italianas, por su mecanismo perfecto , sobriedad de negro y plata, con pequeños detalles dorados y sus hojas casi perfectas. Con esa, la primera , fue que pinchó, un poquito , a un chico que lo molestaba.....había puesto un dedo
extendido a lo largo de la larga hoja para que quedara libre solo como medio centímetro, suficiente para pinchar fuerte , pero no para lastimar seriamente a nadie.... Un Pico , como el latigazo de una serpiente , alcanzó para espantar al molesto. Se tocó la panza.... se puso pálido.... se vió las manos con sangre... y salió corriendo como si hubiera visto al diablo. La limpió con un pañuelo de papel, y la guardó en su caja para que descansara, mientras tomaba otra y se la ponía en el bolsillito de atrás. como siempre. Cuando lo vinieron a increpar contestó que por accidente había pinchado al boludo con un lápiz.........sus lápices siempre tenían una filosísima punta......Le interesaba sobremanera la anatomía, humana y animal , en general.... y aprovechó esos conocimientos para pensar cuáles serían los lugares apropiados para asustar, lastimar , o neutralizar provisoria o definitivamente a un posible agresor... Descubrió que debido a la profusa irrigación sanguínea , las extremidades, cara y cabeza , podrían sangrar en forma abundante simplemente con cortes superficiales.... Que había zonas como el cuello , axilas e ingles por donde pasaban vasos importantes que dabían evitarse a menos que quisiese infringir daños irreversibles. Por supuesto que había que tener en cuenta las zonas cardíacas y mediastino , por razones obvias. Más adelante, en un grupo donde aprendían a hacer carpas, fuegos y camping, aprendió las primeras nociones de KravMagal, pocos movimientos, cortos. rápidos y precisos. Le interesaban todas las armas, tanto las de fuego como las llamadas blancas , no se por qué... Quizá por aquel dicho popular "Desde que se inventó el revólver , se acabaron los guapos" , cualquier babieca con un arma tenía las de ganar, y en una sociedad violenta , esto era una gran preocupación. Pero no era cosa de salir armado como Rambo para ir a realizar las compras del Super....entonces? En todo caso tratar de evitar las confrontaciones o las situaciones de peligro. Sin embargo , en el primer cajón del escritorio descansaba una .38SPL , en la mesa de luz, una 9mm y en la guantera del auto una automática .22 cargada, pese a la opinión de seudo expertos , había decidido que una pequeña .22 podría ser extremadamente disuasiva pese a su bajo índice de "Stopping Power".... sumamente dolorosa en las articulaciones y mortal en las zonas adecuadas. Pero esto no invalidaba su confianza en los filos...Un estilete disimulado en la puerta del auto... una sevillana siempre encima , al alcance de las manos.....Aprendió que nunca debía amenazar, a nadie....La amenaza eran los "otros" , los responsables de lo que pasara eran todos los "otros"....

Aunque diestro , podía tomar una navaja con la izquierda en la espalda como los gitanos.... mostrando la mano derecha abierta en signo de paz, pidiendo calma , relajado , mirando a los ojos , .....era entonces cuando podía picar tanto con la izquierda como pasarla por delante o por detrás a la derecha y usarla con precisión quirúrgica. Cuántas veces usó sus técnicas..... no se.... nunca me lo dijo , solamente esbozó una enigmática sonrisa.... y siguió afilando por millonésima vez su nueva navaja sevillana ( de origen italiano por supuesto )

jueves, 6 de diciembre de 2007

Silencio

El Silencio de Marcel Marceau
En 1997, en una entrevista que le realizara el diario francés "Le Monde", decía:
"La gente que volvía de los campos de concentración no podía hablar, no sabía como contar. Yo me llamo Mangel y tengo orígen judío. Tal vez eso haya influido inconscientemente en mi elección del silencio".
Su desaparición física no afectara la memoria de las generaciones que gozaron con sus colosales actuaciones y menos aún la de los numerosos niños, hoy hombres, que gracias a su bondad y habilidad, fueron rescatados de las garras del nazismo.
En 1939 los nazis desalojaron a los habitantes judíos de la región de Alsacia y Lorena. A la familia Mangel le dieron apenas dos horas para recoger sus pertenencias y sumarse a la columna de desplazados que se dirigía hacia el sudoeste de Francia. El joven de apenas 16 años y su hermano cambiaron el apellido de nacimiento, Mangel, por el de Marceau y así, gracias a la cualidad de Marcel de confeccionar documentos ambos se unieron a la resistencia clandestina de Limoges. El padre de Marcel, un carnicero kosher, fue capturado, deportado y asesinado en el campo de exterminio de Aushwitz, en 1944.
Durante su paso por la resistencia, Marceau brindó su talento artístico para confeccionar nuevos documentos de identidad de numerosos niños que, de ese modo, eludieron la muerte segura en las cámaras de gas. Marcel Marceau se cuenta también entre los que ayudaron a trasladar a muchos niños a la neutral Suiza.
Luego de la liberación de París, Marceau se alistó en el ejército francés en donde, dado su perfecto dominio del idioma ingles, fue nombrado hombre de contacto con el general George Patton. Su talento artístico fue rápidamente conocido entre la tropa y su primer show fue una exitosa actuación ante 3000 soldados americanos dentro de una tienda de campaña.
"Desafortunadamente nunca podremos destruir el mal, pero el bien existe y debe madurar" así se despedía el mimo más famoso del mundo de la ciudad de Buenos Aires con una función de gala en el Teatro Colón y una presentación en el teatro Gran Rex. Ocasión en que la (FIRW) Fundación Internacional Raoul Wallenberg distinguió a Marcel Marceau con una placa por sus acciones de salvataje de numerosos niños judíos durante la segunda guerra mundial.
Sobre Raoul Wallenberg, el diplomático sueco, salvador de alrededor de 100.000 personas durante la Shoa, Marceau dijo: "Para cumplir su misión con éxito se vio obligado a sobornar a oficiales nazis así como emitir miles y miles de pasaportes de protección que salvaron innumerables vidas".
El mimo más famoso del mundo, con su arte universal de los gestos, ese arte que en silencio atraviesa las fronteras y habla directamente al corazón de los seres humanos sin exclusiones, ha ingresado a los 84 años al mundo del silencio eterno.

Mono Liso

Mono Liso
El Giocondo que me dicen